Habiendo cumplido los 545 días (18 meses) de la incapacidad temporal (o baja), recibí una citación del tribunal médico, 15 días antes de cumplir con el plazo establecido. En la citación también se incluida la solicitud para tramitar una incapacidad permanente, algo que me sorprendió bastante. Tenía entendido que la solicitud la tramitaban ellxs si lo consideraban oportuno, no que el propio paciente la solicitase.
Así que después de rellenar y presentar la solicitud junto con la documentación establecida, me dispuse a pedir a mis doctorxs, informes médicos donde se viera reflejado mi diagnostico y situación actual.
Acudir a la cita desaliñada no me parecía justo ni ético
Acudí a la cita acompañada de mi padre y con toda la documentación requerida, tanto informes como las últimas pruebas médicas. Y aun que tenia entendido que las personas se suelen presentar a este tribunal sin arreglar y con aspecto descuidado, a mí no me pareció nada justo ni ético. No tengo que darle pena a nadie. Tener una enfermedad rara no significa que tenga que estar en depresión ni tenga que aparentar una salud emocional grave. Las pruebas hablan por si solas. Si merezco una incapacidad, me la darán por mi diagnostico y no por mi aspecto.
En la sala de espera había muchísima gente. Cada vez que entraba alguien nuevo, todas las personas allí presentes dejaban lo que estuvieran haciendo para mirarle, y se notaba, que analizaban el motivo por el cual aquella persona estaba allí.
Cuando alcé la mirada, una pareja , que se encontraba sentada en frente de mí, apostaba en tono cauteloso si la visita que yo esperaba era para mí o para mi padre. Puede deducir entre líneas que la mujer estaba convencida que la visita era para mí y no para mi padre ya que no le quitaba la vista de encima a mis manos por los guantes que llevaba. ¡Sí señora! Soy yo la enfermita…
A los treinta minutos de espera, me tocó entrar. El pasillo estaba lleno de carteles advirtiendo que cualquier comportamiento violento sería denunciado ante la policía. Aquello me hizo saber, que el entorno era hostil y la gente se ponía muy nerviosa ante las decisiones negativas de los médicos. Por ese motivo, no me dejaron entrar acompañada, así que pasé sola a la consulta.
La doctora que me atendió comenzó preguntándome por el motivo de mi baja, evidentemente y de nuevo, no conocía la enfermedad. Le tuve que hacer dos pinceladas rápidas de lo que era la esclerodermia y sus limitaciones. Me pidió los informes médicos, que leyó un poco en diagonal e hizo las copias correspondientes.
Me preguntó sobre mi puesto de trabajo, las tareas que realizaba y los años que llevaba trabajando. También se interesó por mi salud emocional, me preguntó como me sentía anímicamente y como era actualmente mi día a día a lo que yo le respondí:
-Actualmente hago una vida normal, con mis limitaciones, pero la enfermedad no me impide hacer las cosas básicas del día a día. Evidentemente, me he amoldado a la situación y he buscado soluciones a mis límites. Se puede decir que tengo una vida normal ahora que estoy en casa, dedicándome a mí y a mi familia, a mis pequeños hobbies y mis obligaciones como madre. – le hice saber.
-¿Tienes hijxs? ¿Qué edades tienen?-se interesó la doctora
-Son pequeños, dos y cinco años- le dije
Aquel dato pareció importarle y, aun que no me miraba directamente, iba a puntando todo lo que le iba diciendo.Le llamó la atención los guantes que llevaba puestos y tuve que explicarle que la enfermedad había afectado seriamente mis manos y estaban bastante limitadas a lo más sencillo, como pelar patatas o coger el palo de una escoba. Entonces procedió a hacerme unas pruebas de fuerza con las manos. Quiso ver que movilidad tenia y que tan limitada estaba, e hice unos ejercicios de para que ella pudiese valorar.
Pero en lo que más hincapié hizo fue al tema pulmonar, creo yo, porque el informe de la doctora aclaraba que mi vida era limitada dado la poca capacidad pulmonar que tenía. Así que allí mismo me pidió hacer una espirometría para ver si había mejorado algo más desde la ultima vez.
Salí de allí con una sensación un tanto extraña. Estaba pasando este tribunal para que alguien valorase si era apta o no para ejercer un trabajo. A ojos de una persona sana, es un sueño, vivir con una paga de por vida y a disfrutar, y sé que las persona que me lo dicen, lo hacen con toda la buena fe del mundo. Y sí, tiene razón, sería un chollo tener una paga para toda la vida y no trabajar, pero estando sano. Cuando estás enfermx lo único que deseas es recuperar tu salud y salir pitando a trabajar.
Esto me hace replantear muchas cosas. Algo en mí quiere recibir una incapacidad y olvidarse del estrés de la vida laboral y vivir esta carga emocional en paz y sin obligaciones. Pero otra parte de mí quiere hacer una vida lo más normal posible y que aun que no sea del todo certero, que pusiese crear una ilusión en mí que soy capaz y no estoy tan mal como se lee en los informes.
Así que dejaré la decisión en las manos del comité del tribunal. Decidan lo que decidan, mi vida va a cambiar, quizá para mejor o quizá para peor, no lo sabré hasta que no lo descubra. Y como he hecho siempre, me adaptaré a lo que toque y lo afrontaré de la mejor manera posible.
Y hasta aquí mi experiencia con el tribunal médico. Espero que te haya servido de ayuda si la necesitabas y si tienes alguna duda, coméntalo en las redes sociales.
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6 Comments
Me encanta cómo siempre escribes con un toque de humor, lo que otro se tomaría como una desgracia. Eres todo un ejemplo a seguir
Gracias bonita! Aun que solo me considero una superviviente que tiene el don de ver el lado bueno de las cosas.
Un abrazo grande!
Desgraciadamente hay mucha gente que abusa o intenta conseguir algo que realmente no le corresponde por el hecho de tener una pensión para siempre. Yo tengo 26 años, a los 16 años me detectaron un tumor en la glándula salival y mandíbula del lado izquierdo el cual era maligno y tuve que ser intervenida de inmediato. Tras esa operación se me quedo como secuela una enfermedad en la mandíbula degenerativa crónica con dolor crónico lo que con lleva que cada vez abro menos la mandíbula, tengo limitaciones al habla, comer, bostezar, etc… estoy operada 10 veces porque tras el proceso oncologico y una vez desarrollada la enfermedad tengo que entrar a quirófano 1 vez al año mínimo. Tras tantas operaciones y demás se me vio afectado el equilibrio, vértigos, perdida de visión en el ojo izquierdo del que también tuve que ser intervenida para que la retina no sufriera un desprendimiento. Actualmente tomo opiáceos como son tramadol o morfina para poder sobrellevar el dolor. Tengo informes de los propios médicos de la seguridad social donde me ponen que no estoy capacitada para la vida laboral, al menos hasta que controlen mi enfermedad. Afortunadamente tengo dos niños maravillosos que son por lo que lucho dia a dia aunque tenga dias que no pueda ni atenderles. Yo pasé el tribunal y en la propia sala donde tu has estado con el médico, a mi me reconocieron que tendrían que darmela pero que las cosas estaban muy difíciles para concederla. Obviamente me lo denegaron y tuve que empezar un proceso judicial del que espero acabar pronto. Te cuento todo esto para que luches por lo que te corresponde, porque vivir con una enfermedad crónica que desgraciadamente nos limita la vida no es fácil y menos teniendo niños. Mucha suerte guapa
Pues si que ponen las cosas difíciles! Yo no seré quien diga que alguien no merece una incapacidad. Lo que si es cierto, que las cosas se han puesto más duras por la cantidad de solicitudes generadas. Yo me quedo en manos de lo que los profesionales digan. Mis informes ya describían que no soy apta para una vida laboral, pero si así se decidiese, me adaptaré hasta que considere que no puedo más. Lo único que tengo claro, es que no voy a poner en riesgo mi salud por hacer un sobre esfuerzo.
Gracias por contar tu historia!
Un abrazo!!
buenos dias natalia!! como has quedado conla resolucion? ha sido favorable? mucha suerte
Hola! Pues todavía no se nada! Y hasta dentro de unos meses puede que tampoco!
Un saludo!