He tenido que verme en esta situación para darme cuenta de muchas cosas, las cuales he estado haciendo mal durante mucho tiempo y que quizá la edad te enseñe mas adelante, pero que yo he tenido que aprender de golpe para vivir en paz conmigo misma. Mi cambio de actitud en la manera de comunicarme con las personas ha sido uno de mis grandes logros.
Tiempo atrás, cuando llegaba un evento especial con la familia o conocidxs, (los cuales no eran de mi agrado) pero aún así debía asistir por compromiso; la situación era de lo más incómoda. Las conversaciones eran desagradables y mi actitud era de lo más hostil. Iba cabreada y con ganas de irme cuando todavía no había llegado.
Recuerdo que machacaba a mi marido unos días antes. Sacaba cualquier excusa no asistir y ponía problemas donde no los había. Lo único que conseguía con esa actitud, era crear un ambiente negativo y lo más y probablemente provocar una discusión post-evento que iba a ser de traca de feria. Además, los días posteriores, seguía de mal humor y probablemente, sin hablarme con Alberto.
Llegó un momento en el que pensé ¿Merece la pena?
Algo estaba claro, debía asistir sí o sí por que era un compromiso que no podía negar. Yo notaba que cuando entraba por la puerta, el ambiente cambiaba, la gente bajaba la voz y dejaban de sonreír. Estaba generando malos recuerdos en todas esas personas que estaban allí, que no querían que yo estuviese, pero que debían invitarme por compromiso. ¿Así quieres que te recuerden? ¿Cómo la estúpida que jode todas sus celebraciones?
La verdad que debe ser muy incómodo querer celebrar algo importante para tí y tener que invitar a alguien que te amarga la vida…
“Lo único que somos y seremos es el recuerdo que dejamos en las personas”
Cuando vi que era una persona non grata en según que situaciones, me di cuenta que devolver la hostilidad no servía de nada, solo creaba mas incomodidad. Decidí dar un cambio de actitud sin importar el motivo por el cual esa persona no me agradase, y para mi sorpresa, un simple cóctel de empatía +sonrisa+ amabilidad, cambió todas mis situaciones sociales a mejor. Dejé de juzgar, de hacer preguntas incómodas, de dar soluciones innecesarias y de quitar importancia a lo que me contaban. La actitud de la otra persona variará según nuestro comportamientos. Pongamos un ejemplo en algunas situaciones:

Cuando compartían conmigo una situación de tristeza siempre contaba algo mas grave que me había sucedido. No entendía que solo debía escuchar y comprender.

Nos encanta hacer saber a los demás que en su caso, tendríamos al situación bajo control. Y es que está en nuestra naturaleza querer ser el gallo en el gallinero y el muerto en el entierro. Pero tal y como expresa la viñeta, la persona te cuenta su problema para ser escuchada y comprendida y aun que a ti no te parezca tan grave el asunto, para la otra persona si lo es, y eso es lo único que importa.
Hagamos reflexión, quizá me dirás que no es tan fácil como lo pinto o que no eres una persona hipócrita y que no vas a actuar así con empatía y comprensión después de todo lo que esa persona te ha hecho, y por tanto no se merece tu mejor versión.
¿Alguna vez le has preguntado por que se comportan así? Quizá tenga sus motivos, quizá piense lo mismo de tí, que eres injustx e incluso mala persona. ¿Tú lo crees? ¿Crees que eres injustx mala persona? Empieza por intentar comprender porque lo consideran…Quizá haya algo que no estés haciendo bien. Dicen que el dinero llama al dinero, os aseguro que con las sonrisas y la amabilidad pasa lo mismo.
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