Crónicas

Éxito

14 diciembre, 2018

Oficialmente ya soy una persona con discapacidad física reconocida (no se si debería reír o llorar). La asistenta social me dio unos folletos donde explicaba que ventajas tenia ser discapacitada (no todo iba a ser malo). A partir de ahora, puedo entrar en el parque de atracciones el Tibidado por 4 euros! ¿Cómo te quedas? ¿Anonadadx, eh? (ironía a tope).

La gente aun se sorprende y me pregunta:”¿Discapacidad? Pero si estás estupenda!”. Gracias gracias, pero esta fachada estupendísima que ves solo es el esfuerzo de una hora y media (o más) de sesión de belleza diaria. “Pues no parece que te hayas arreglado” Y yo para mis adentros pienso: si me vieras a las 8 de la mañana, con mis malos pelos, la cara lavada y el pijama de la Peppa Pig, pensarías que Regan McNeil (la niña del exorcista) está lista para un certamen de belleza…

La discapacidad física no es solo la que puedes ver en una persona con silla de ruedas o muletas, en mi caso, tengo un alto grado de discapacidad por las manos y limitación pulmonar, pero a simple vista no lo apreciarás. Solo verás comportamientos poco habituales que yo ya he normalizado en mi día a día, como llevar guantes los 365 días del año o ser muy exigente con la alimentación.

Han sido hábitos que he adquirido por y para hacerme la vida mas fácil en referencia a mi salud, pero esto parece incomodar a la gente que, obviamente no sabe porque lo hago, pero no dudan ni un segundo en hacerme acusaciones incómodas catalogándome de persona tiquis miquis o haciendo hicapié en que lo único que quiero es destacar entre los demás. Y el que no se atreve a hacérmelas, con su expresión de desaprobación, me lo dice todo…juicios juicios y más juicios. Y la primera que se juzga soy yo misma.

El éxito no es llegar al 10, es llegar al 5 cuando nuestro límite es un 4.

Hace unos días en casa, mientras preparaba la ropa del día siguiente, expresé lo cansada y fatigada que me sentía aquel día, y el dolor tremendo que tenía en mis manos. A lo que mi hijo de cuatro años, muy extrañado quiso aclarar: “Mamá, ¿Cómo puedes estar cansada si no trabajas?”. Solté la ropa de mis manos como si quemase y me giré lentamente, como un villano que mira de reojo a super héroe para un ataque inminente.

¿Te acuerdas del Dr. Jeckyll? Pues yo me convertí en Mister Hyde. Entré en cólera y empecé a escupir en plan metralleta todas las tareas que conlleva ser ama de casa con dos hijos ¡las 24 p**** horas del día!. A Alberto se le abrieron los ojos como platos, casi estático, como si estuviese viendo a un ser de la mitología griega en plena acción. A la tercera frase me di cuenta que estaba perdiendo el juicio, “Tienes que calmarte, ¿Qué te pasa?” me dije a mi misma. Lo sabía bien, pero lo había estado ocultado por miedo, miedo a aceptación que estaba viviendo ante la situación de saber que quizá no volvería a trabajar nunca mas, que la sociedad ya no me consideraba útil, que no era apta para según qué…

Entonces Alberto me hizo una pregunta, ¿Eres feliz? ¿Acaso no has logrado todas las metas que te has propuesto? ¿No es la felicidad la clave de tu éxito? Vaya! Pues es cierto, el éxito va ligado con tus metas personales. No tiene nada que ver con el dinero, ni el amor, ni la fama ni la profesión. El problema es que nos volvemos unos clasistas y no dedicamos el mismo respeto a una persona que ha decidido ejercer de peluquera, a otra que ha decidido hacerlo como abogada. O la que vive en un barrio humilde, a la que vive en un chalet de 600 m2. No, la sociedad no las respeta por igual. Pero las dos son igual de exitosas, pues es lo que cada una decidió/quiso ser.

Nuestro éxito no es llegar al 10, es llegar al 5 cuando nuestro límite era un 4. El que llega a su límite y lo acepta, es la persona mas exitosa del mundo, y esto es cuestión de actitud también. Como decía en el post anterior, tenemos dos opciones o tirar para adelante con actitud o hundirte en la miseria, y esa opción la eliges tú.

Éste es mi éxito, tener la gran suerte de tener dos hijos sanos con el compañero que yo elegí, y dedicar mi tiempo a este maravilloso blog que me da la vida (pues vaya éxito! pensarán algunxs). Quizá tengáis razón y podáis pensar que ser madre o ama de casa las 24h sea un fracaso, pero este es mi 5 ¿Acaso no es igual de válido?

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3 Comments

  • Reply Jesica 14 diciembre, 2018 at 6:21 pm

    Totalmente de acuerdo! Eres una mujer exitosa! Tenemos que empezar a poner el foco, ver y valorar lo que tenemos y no lo que nos falta.
    Y sobre lo que dices de tiquismiquis ya me gustaría a mí serlo más y cuidar más mi alimentación por ejemplo, es una pena que a veces tenga que pasar algo grave para empezar a valorarnos y cuidarnos. Y que los demás no valoren esa fuerza de voluntad, ese sobre esfuerzo que haces todos los días tachandolo de tiquismiquis, ese es otro éxito que puedes apuntarte. Gran reflexión! Un beso guapa!

  • Reply Unknown 15 diciembre, 2018 at 8:56 am

    Gran mujer, gran persona. Mejor explicado imposible muchísimas gracias por hacerme sentir normal por un rato

  • Reply Mery 4 enero, 2019 at 3:35 pm

    Siempre he creido que el trabajo de ama de casa es el más duro, agotador y sufrido que hay. Por encima de muchos otros….
    Tienes mucha razón cuando dices que nos hemos vuelto clasistas… yo desprecio (metafóricamente hablando) a futbolistas y gente "famosa" que gana muuucho dinero sin hacer realmente algo de provecho o que valga la pena y con tus palabras ahora me doy cuenta, que no debería pensar así. Cada uno es afortunado a su manera y debemos valorarlo.

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